El romanticismo
tuvo su primera manifestación en la
Argentina con la aparición, en 1832 del poema "Elvira" o "La novia
del Plata" de Esteban Echeverría, quien lideró el movimiento que se
concentró en la llamada Generación del 37 y tuvo uno de sus centros en el Salón
Literario. También integró la lengua tradicional española con los dialectos locales y gauchescos, incorporó el paisaje rioplatense a la literatura y los problemas
sociales. Éste estuvo íntimamente ligado con el romanticismo uruguayo. En
Hispanoamérica, el contenido nacionalista del romanticismo confluyó con la
recién terminada Guerra de Independencia (1810-1824), convirtiéndose en una
herramienta de consolidación de las nuevas naciones independientes, recurriendo
al costumbrismo como una herramienta de autonomía cultural.
Entre
las obras más importantes de este movimiento se destacan "La cautiva"
y "El matadero", ambas de Echeverría; "Martín Fierro", obra
maestra de José Hernández; "Amalia", de José Mármol;
"Facundo", de Domingo F. Sarmiento; y el folletín y obra dramática
"Juan Moreira", de Eduardo Gutiérrez, considerado fundador del teatro rioplatense.
Las
principales características del romanticismo en Argentina son:
Americanismo: la literatura refleja la realidad geográfica, histórica y cultural; las ideas, y las temáticas nacionales.
Lo
popular: Se exalta en esta literatura
romántica el popularismo sobre lo aristocrático.
El
yo del escritor: se refleja en la obra,
hay preferencia por lo sentimental sobre lo racional.
Libertad: reflejada en la actitud del escritor frente al arte, se
rompe con las reglas y normas clásicas, guiándose solamente por la propia
originalidad, sin esquemas preestablecidos.
Sentimientos: El principal sentimiento es el amor, idealizado; el
sentimiento religioso, y Dios, que está asociado al hombre y a su entorno; la
mujer que despierta sentimientos extremos (de ángel o demonio), sin prejuicios
sociales; la naturaleza, con escenarios en ruinas, la soledad de la noche, o de
los campos, la luna como única perturbadora de la privacidad del poeta, los
bosques y los campos, o el mar.
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